En el norte de Virginia no hemos experimentado mucho la supuesta amabilidad sureña. En el Sur no consideran NoVA parte del Sur, y aunque muchas veces se diga de manera racista y xenófoba, motivado por la gran cantidad de inmigrantes en esta área, quizá lo de la amabilidad se deba a eso también. Es decir, si no puedo generalizar sobre el carácter o la idiosincrasia de la gente aquí —hay gente que no sonríe ni da los buenos días, hay gente que sí—, quizá sea porque, como se dice mucho, esta es una región de inmigrantes y transeúntes, de personas de todas partes del mundo y de Estados Unidos, con todo tipo de prácticas y maneras de relacionarse.

Más al sur y fuera del área metropolitana de D. C., en Richmond, la gente nos parece más amigable, pero fue en Nueva Orleans, Luisiana, donde fuimos a celebrar nuestro aniversario este año, que de verdad nos sorprendió la calidez de las personas. Solo allí los extraños no se limitaban a dar los buenos días en la calle, sino que preguntaban ¿cómo están? y ¿qué tal su día? como si genuinamente quisieran que nos detuviéramos a decirles. Casi todos los conductores de Uber nos hacían conversación y nos contaban de sus vidas.

Lo más memorable fue la reacción a Darlene el día del aniversario, cuando tomé esta foto. En unas pocas horas recibió alrededor de (no exagero) 12 cumplidos de mujeres a lo largo de la ciudad. El más cómico fue mientras esperábamos para cruzar una calle. Cuando notamos que nos estaban gritando algo desde un tranvía, nos pusimos nerviosos pensando que estábamos haciendo algo mal y nos estaban regañando. Pero no, era la conductora del streetcar también gritándole a Darlene, You look beautiful, I love your outfit.